A lo largo de los años el mercado cambia, la sociedad cambia, las amenazas cambian, las materias primas cambian, la tecnología cambia, el comportamiento y las necesidades de las personas cambian… Como consecuencia, las organizaciones o procesos deben cambiar, pero no lo hacen o, si lo hacen, mueren debido a la lentitud.
Dentro de las empresas y de los gobiernos existen procesos enteros, llenos de gente y equipo caro, ocupando espacio precioso y cumpliendo una función que ya no es necesaria. No nos gusta cambiar y nos aferramos dramáticamente a los medios en los que somos especialistas – y que demuestran nuestro aparente poder. Policías siempre quieren más vehículos; el sistema de salud, más hospitales.
Somos así: reivindicamos medios sin analizar críticamente los fines a los que son destinados. ¿Cuáles son los fines? ¿Cuáles son las necesidades de la sociedad? Si los fines ya no son los mismos, si ya no son necesarios, entonces todos los medios, por más numerosos y sofisticados que sean, significan apenas costos que no producen valor para nadie. Debemos, anualmente, en cualquier organización, rever su misión y preguntar cuáles son las necesidades a partir de las cuáles nos establecemos y cuáles son las nuevas necesidades de las personas.
Cualquier organización (y, como consecuencia, sus procesos y productos – mercaderías o servicios) debe ser periódicamente rediseñada teniendo en cuenta su nueva función y las necesidades del medio en que vive (mercados). Esa es la esencia de la Gestión de la Innovación; las organizaciones deben innovar constantemente.
Nuestras Fuerzas Armadas y las organizaciones de inteligencia fueron proyectadas y capacitadas para enfrentar amenazas detectadas en el pasado. ¿Estaremos preparados para enfrentar las nuevas amenazas? ¿Estaremos preparados para el terrorismo establecido sobre nuevas tecnologías? ¿Estaremos preparados para ataques cibernéticos? ¿Estaremos preparados para enfrentar enfermedades rápidamente transmitidas en un mundo de alto nivel de desplazamiento de personas? ¿Y los cambios derivados del calentamiento global? Las nuevas amenazas son enormes e inusitadas
¿Nuestras instituciones establecidas en el pasado estarán preparadas para enfrentar una sociedad con costumbres, recursos tecnológicos, disponibilidad de armamentos y exposición internacional muy diferentes de aquellos que originalmente las instituyeron?
Los cambios son la esencia del gerenciamiento – cambios de estructuras y de procesos para que las nuevas necesidades de la población sean detectadas y atendidas al costo más bajo.
A veces esos cambios son difíciles de realizar, porque exigen líderes con espíritu público y visión de estadista. Por ejemplo: todos sabemos sobre la necesidad de promover la reforma política, la reforma tributaria, la reforma previsional, etc.
Nuestras instituciones están ultrapasadas por las necesidades de la población y ya no cumplen, eficientemente, la función para la cual fueron creadas. La Gestión de la Innovación, o sea, el reajuste continuo de las instituciones teniendo en cuenta las necesidades de la población, debería ser la agenda de prioridades de todos los gobernantes, ya sean ellos del Poder Ejecutivo, del Legislativo o del Judicial
¡Hemos visto la reestructuración de algunas empresas en las que el 40% de la estructura existente era totalmente desnecesaria! Esa estructura fue establecida en el pasado para cumplir funciones que antes eran necesarias. Las necesidades desaparecieron, pero la estructura continuaba firme, sin el vigor y la competitividad de la organización.
El gran avance tecnológico aceleró demasiado los cambios mundiales y aumentó el peligro, pues cuanto mayor el nivel de tecnología, mayor el poder concentrado en la mano del hombre. Como en Nueva York, pocos hombres matan a miles rápidamente y desarticulan el sistema financiero mundial. Eso sería imposible hace 100 años, pues no había tecnología para hacer posible actos de esa proporción. Hoy el mundo está mucho más rápido y peligroso.
El avance tecnológico también provoca cambios muy rápidos para las empresas – las cuales se adaptan o mueren. La rapidez de los cambios toma a algunos ejecutivos de sorpresa: cuando se dan cuenta, ya no hay tiempo. Los gobiernos no mueren, pero su inadecuación a las necesidades de hoy puede llevar naciones a la pobreza y a la desesperación. Tenemos ejemplos de eso cerca de nosotros.
Gestionar es lograr nuevos resultados con cambios constantes en la organización. Es por esa razón que nosotros, de FALCONI Consultores de Resultado, creemos que difundir un gerenciamiento competente es una de las misiones más nobles y la acogemos con inmensa dedicación.
Un buen gobierno, ya sea de una empresa o de una nación, será aquél que consiga conducir a sus líderes a la promoción de cambios continuos por medio del buen gerenciamiento. Serán más exitosas las empresas y las naciones que estén preparadas para enfrentar el ritmo de cambios necesarios para la sobrevivencia en los días que estamos viviendo.